DIOS SALVE A NUESTRA REINA

CASADEMONTZARAGOZA.ES Markeisha Gatling cuelga las botas para pasar a los banquillos. No es ningún secreto, pero en el fondo, todos albergábamos alguna esperanza de que tras ganar la copa cambiara de planes.

 

No ha sido así. Entre muchas virtudes la pivot norteamericana tiene la determinación. La misma que le llevó a regresar a nuestro club porque tenía “una misión que cumplir” y vaya si la cumplió: se propuso ganar un trofeo para Zaragoza y realizó un torneo inconmensurable para darnos nuestra primera Copa de la Reina.

 

Keisha nos quiso hacer llegar éste mensaje para la Marea Roja:

 

“Gracias por ayudarme a volverme a enamorar del baloncesto. Desde el primer día supe que ésta ciudad y su club eran especiales. 

Hemos conseguido grandes cosas durante mi tiempo aquí y no hubiera sido posible sin mis compañeras de equipo, el club y lo más importante: la afición.

 

Al club, gracias por recibirme y apoyarme siempre, ganáramos o perdiésemos.

 

A mis compañeras, gracias por aceptarme desde el primer día y permitirme ser yo. Hicimos historia juntas y siempre os querré.

 

A los aficionados, vosotros siempre tendréis un lugar especial en mi corazón. Este equipo y nuestros logros no significan nada sin todos vosotros.

 

Al baloncesto, me ha dado mucho y siempre estaré agradecida por ello. Pero ahora es el momento de coger toda esa experiencia como jugadora y dársela a la próxima generación.

 

No me gustan las despedidas así que solo diré ¡Hasta luego Zaragoza!

¡Aúpa Casademont Zaragoza siempre!”

 

En su primera etapa en Casademont Zaragoza acabó como MVP de la Liga Femenina Endesa. Un año difícil, post pandemia, en un equipo y un club que se estrenaban en la competición. Los números de Gatling fueron gigantes, al igual que su determinación –una vez más- por hacer que el equipo superase aquél primer año tan complejo al ritmo de su aportación en puntos y rebotes, y de una presencia y un dominio de la liga inigualable. Fueron 20 puntos y 8 rebotes por partido, pero sobre todo fue la sensación de que si hubiera necesitado más, lo habría logrado.

 

Aquellos números la reclutaron para otras exigencias competitivas de mayor talla pero, con el paso del tiempo, los caminos de Gatling y Casademont volvieron a encontrarse. Tenía otras opciones, algunas de ellas más suculentas, pero Keisha tenía la sensación de que le quedaba algo por hacer en Zaragoza. Apareció otra vez su determinación. Y, desde ese “i´m back” que revolucionó las Redes no paró hasta cumplir su misión.

 

Gatling emprende una nueva aventura en la que no dudamos que tendrá el éxito que merece y, con el tiempo, quién sabe si nuestros caminos volverán a encontrarse con otro desempeño. Lo que es seguro es que siempre tendrá abiertas, de par en par, las puertas de Basket Zaragoza.