La ‘marea roja’ ruge con el equipo desde el Príncipe Felipe

CASADEMONTZARAGOZA.ES La ‘marea roja’ vivió unida una vibrante tarde en el pabellón Príncipe Felipe. A diferencia del choque de cuartos, fueron cerca de 900 presentes los que apoyaron y animaron al equipo en su encuentro frente al Pinar Karsiyaka, en un duelo en el que Casademont Zaragoza acarició la gran final de la Basketball Champions League (79-84).

 

Una vez más, gracias a la iniciativa de CARTV y la colaboración de Casademont, Air Horizont y Zaragoza Deporte, el equipo de Aragón Radio puso voz a las semifinales de la BCL. Fernando Ramos, Paola Mercadal, Joaquín Arnal y Alberto Alocén, además de Álex García desde Rusia y Juan Pelegrín con el inalámbrico, acompañaron a la ‘marea roja’ en la fiesta de la afición zaragozana, que celebró hasta la última de las canastas con pasión.

 

A pesar del complicado inicio, instantes en los que el aliento desde el Príncipe Felipe no cesaba, la afición rojilla fue aumentando los decibelios con el paso de los minutos. La rasmia del equipo era aplaudida y el punto álgido se alcanzaba entre el final del tercer periodo e inicio del cuarto, cuando el equipo de Casimiro conseguía colocarse por delante. Pese a no rematar el choque y finalizar el duelo con la gran final tan cerca, los aplausos clausuraron una tarde de basket en el pabellón.

 

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Entre los asistentes, la juventud se mezclaba con los más veteranos como Jorge Pardo, un aficionado que lleva más de tres décadas viajando a los grandes choques, pero que no ha podido acudir a Rusia por la pandemia: «Ya que no he podido estar en Nizhny, lo más parecido a estar allí era vivir el encuentro en el Príncipe Felipe», afirmaba. Por otro lado, Carlos Perdices comentaba que veía con muy buenos ojos el evento y tenía ganas de vibrar desde el primer minuto de encuentro. Una opinión similar a la de Inés Vea-Murguía, que repetía presencia tras el encuentro de cuartos, pero esta vez con su hijo ante la grata impresión: «El evento cumplía con todos los protocolos de la pandemia y necesitábamos ambiente de baloncesto».