El curso comenzaba con el cambio en la presidencia del club: Reynaldo Benito, miembro de los fundadores del club, sustituía a Javier Loriente en el cargo. En la parcela deportiva se apostaba por la continuidad de Curro Segura y gran parte del bloque de la temporada anterior, que se reforzaba con la figura de Paolo Quinteros, gran artífice del ascenso de Climalia León. Pero no solo había novedades en el CAI Zaragoza, sino también en la propia Liga LEB, que cambiaba de formato, premiando al primer clasificado con el ascenso directo a la ACB.
Con esa motivación arrancaría el conjunto rojillo la temporada, que tras un inicio titubeante, todas las piezas encajaron dentro de los esquemas de Segura y aupaban al CAI Zaragoza al liderato en la jornada 10. El Bruesa GBC apeaba diez partidos después y el club completaba su plantel con José Antonio Rojas y el veterano André Turner. Con esos movimientos, en la jornada 25 los aragoneses volvieron a copar la primera plaza de la clasificación, un puesto que no soltaron hasta final de temporada, logrado por fin el ansiado ascenso. El sueño se tornó en realidad el 9 de mayo tras una clara victoria frente al C.B. L'Hospitalet (91-64). La ACB esperaba.